lunes, 21 de abril de 2014

JUEVES SANTO 2014

JUEVES SANTO 2014
HORA SANTA ANTE EL SEÑOR
“PAN PARTIDO PARA LA VIDA DEL MUNDO”
Preparación al congreso Eucarístico Diocesano de Tarija del 17 al 19 de Junio

Tema  a reflexionar durante la visita al  Santísimo: AMOR - IGLESIA - EUCARISTÍA

† Dios mío, ven en mi auxilio.
-          Señor, date prisa en socorrerme
-          Gloria al Padre, al Hijo, al  Espíritu Santo…

Nos reunimos, queridos hermanos, esta noche santa de la pasión del Señor, para orar ante el Santísimo Sacramento. La tarde del jueves santo reunió Jesús a sus apóstoles por última  vez antes de pasar al Padre. Esa reunión fue realmente extraordinaria y sigue alimentándonos ya para siempre a los cristianos. Después de hablarles largo y tendido acerca del amor y la unidad (Jn 13-16), Jesús instituyó la eucaristía y el sacerdocio como signo de su presencia definitiva (1 Cor 11,23-26). Esa noche el Señor nos dio su Testamento para siempre;  entre otras, sus ideas esenciales fueron: AMOR -IGLESIA -EUCARISTÍA. Eso es lo que vamos a meditar de una forma especial en esta hora.

Canto de entrada: “Cantemos al amor de los amores”



Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor.
¡Dios está aquí! Venid, adoradores;
adoremos a Cristo redentor.

¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra,
bendecid al Señor.
¡Honor y gloria a ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a ti, Dios del amor! (2)


Salmo de meditacion

Ant.-Espera en el Señor, sé valiente,



ten ánimo, espera en el Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación
¿a quién temeré?.

El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.

Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandona,
el Señor me recogerá.

Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mi adversario
porque se levantan contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.



Ant.-Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Canto: “El Señor Dios nos amó”

El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás;
Él nos guía como estrella cuando no existe la luz;
Él nos da todo su amor
Mientras la fracción del pan:
Es el pan de la amistad, el pan de Dios.

Esto es mi cuerpo, tomad y comed,
Esta es mi sangre, tomad y bebed,
Pues yo soy la vida, yo soy el amor
Oh, Señor, condúcenos hasta tu amor.

Lectura del Evangelio de san Juan (Jn. 13, 1-34-35; 14,15.238)

"Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el  extremo... Les dijo: "Os doy un mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros. Así como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. En esto todos reconocerán que sois mis discípulos: en el amor que os tenéis los unos a los otros»"... Y también les dijo: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos... Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él..."

Canto para cantar después la lectura del Evangelio

Un mandamiento nuevo nos da el Señor. Que nos amemos siempre,  Como Él nos amó. (2)

Meditación

De las Centurias de Caridad, de San Máximo Confesor

"El que me ama, dice el Señor, guardará mis mandamientos. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros". Por tanto, el que no ama al prójimo, no guarda su mandamiento. Y el que  no guarda su mandamiento, no puede amar a Dios.
Dichoso el hombre que es capaz de amar a todos los hombres por igual (...) El, que renunciando sinceramente y de corazón a las cosas de este mundo, se entrega sin fingimiento a la práctica de la caridad con el prójimo, pronto se ve liberado de toda pasión y vicio, y se hace  partícipe del amor y del conocimiento divino. El que ha llegado a alcanzar en sí la caridad divina, no se cansa ni decae en el seguimiento del Señor, su Dios, según dice el profeta Jeremías,  sino que soporta con fortaleza de ánimo todas las fatigas, oprobios e injusticias, sin desear  mal a nadie. (...)
El fruto de la caridad consiste en la beneficencia sincera y de corazón para con el prójimo,  en la liberalidad y la paciencia, y también en el recto uso de las cosas."

Canto: “Somos un pueblo que camina”

Somos un pueblo que caminando
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba
Sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

1. Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo
buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos,
en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues solo caminando podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Lectura del Evangelio de san Juan (Jn 17,11B-23)

"Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este Jesús, levantando los ojos al cielo, oró diciendo: “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que lo retires del mundo. Sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad. Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.”

Canto para cantar después de la lectura del Evangelio

Nada te turbe, nada te espante. Quien a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta (2).

Meditación

“Que discutible eres, Iglesia, y, a pesar de todo, cómo te quiero!/Cuanto me has hecho sufrir y, a pesar de/todo, .cuantas cosas te debo!/Querría verte destruida y, en cambio, necesito tu presencia./Me has escandalizado mucho y, no obstante, me has hecho comprender la santidad./No he visto en el mundo nada más oscurantista, más comprometido, más falso y no he tocado /nada más puro, más bello y generoso./Cuantas veces he deseado cerrarte a la cara la puerta de mi alma, y cuantas veces he pedido /poder morir en tus seguros brazos./No, no puedo desentenderme de ti, pues soy tú, no siendo completamente tú./Y después./a dónde iría a construir otra?/Pero no podré Construirla si no es con los mismos defectos, con los míos que llevo dentro./
Y si la construyo será la mía, mi Iglesia, pero no la de Cristo. Ya soy suficientemente mayor para entender que no soy mejor que los demás/He aquí el misterio de la Iglesia de Cristo, verdadero misterio impenetrable./Tiene el poder de darme la santidad y está formada de pecadores, del primero al último y que pecadores!
Tiene la fe omnipotente e invencible de renovar el misterio eucarístico y estၠcompuesta de /hombres débiles que están perplejos y se debaten cada día contra la tentación de perder la fe./Lleva un mensaje de pura transparencia y está encarnada en una masa bruta, como es bruto el mundo.
Habla de la dulzura del Maestro, de su no-violencia, y en la historia ha enviado ejércitos a destruir infieles y a torturar herejes./Transmite un mensaje de evangélica pobreza y busca dineros y alianzas con los poderosos./No, no me voy de esta Iglesia fundada sobre/una piedra tan débil, porque fundarla otra encima de la piedra más débil todavía, que soy yo.  (Carlo Carretto)

Canto: “No podemos caminar”

No podemos caminar,
con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan,
tu Cuerpo y Sangre, Señor.

Comamos todos de este pan,
el pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor,
por medio del amor.

Lectura de la Primera Carta del Apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26)

"Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando  la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros.
Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria  mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva."

Canto para cantar después de la lectura del Evangelio

Alabado sea el Santísimo, Sacramento del altar.  Y la Virgen concebida,  sin pecado original (2).

Meditación

De una homilía de Benedicto XVI
El don de la Eucaristía los Apóstoles lo recibieron en la intimidad de la última Cena, pero estaba destinado a todos, al mundo entero. Precisamente por eso hay que proclamarlo y exponerlo abiertamente, para que cada uno pueda encontrarse con "Jesús que pasa", como  acontecía en los caminos de Galilea, de Samaria y de Judea; para que cada uno, recibiéndolo,  pueda quedar curado y renovado por la fuerza de su amor.
Queridos amigos, esta es la herencia perpetua y viva que Jesús nos ha dejado en el Sacramento de su Cuerpo y su Sangre. Es necesario reconsiderar, revivir constantemente esta herencia, para que, como dijo el venerado Papa Pablo VI, pueda ejercer "su inagotable eficacia en todos los días de nuestra vida mortal"

Letanías al Santísimo Sacramento



Dios, Padre Celestial
Dios, Hijo redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad santa, un solo Dios,
Santísimo Sacramento,
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros


y Sangre de Cristo,                                                                        Ten misericordia de nosotros
Alimento de las almas,                                                               Ten misericordia de nosotros
Prenda de la gloria,                                                                      Ten misericordia de nosotros
Viático Celestial,                                                                            Ten misericordia de nosotros
Del odio y de la envidia                                                                             líbranos, Señor
Del resentimiento y del rencor                                                              líbranos, Señor
Del deseo de venganza                                                                               líbranos, Señor
Del prejuicio y la crítica amarga                                                            líbranos, Señor
De toda forma de egoísmo                                                                       líbranos, Señor
De la injusticia y la mezquindad                                                            líbranos, Señor
De la tendencia a juzgar y de la murmuración                                líbranos, Señor
Del juicio temerario y de la calumnia                                                  líbranos, Señor
Del orgullo y la presunción                                                                      líbranos, Señor
De la susceptibilidad y de la impaciencia                                          líbranos, Señor
De la tendencia a aislarnos y cerrarnos                                              líbranos, Señor
De la sospecha y de la desconfianza hacia los demás   líbranos, Señor
De cualquier forma de indiferencia y frialdad para con los hermanos               líbranos, Señor
De las palabras duras                                                                                                                 líbranos, Señor
De la descortesía y de la suspicacia                                                                                     líbranos, Señor
Del ofuscamiento de las pasiones                                                                                        líbranos, Señor
Para que sepamos querer de verdad a nuestros hermanos                                      escúchanos, Señor
Para que consigamos un sólo corazón y una sóla alma                                              escúchanos, Señor
Para que nuestros sentimientos sean como los tuyos                                                 escúchanos, Señor
Para que nunca se divida nuestro espíritu                                                                        escúchanos, Señor
Para que sepamos comprendernos y ayudarnos                                                          escúchanos, Señor
Para que reconozcamos nuestros errores y sepamos perdonarnos
mutuamente                                                                                                                                  escúchanos, Señor
Para que gocemos sirviéndonos los unos a los otros                                                   escúchanos, Señor
Para que el mundo te vea en nuestro amor                                                                     escúchanos, Señor
Para que crezcamos en sensibilidad                                                                                   escúchanos, Señor
Para que la justicia social se cumpla en el amor                                                            escúchanos, Señor
Para que todos nos amemos en ti                                                                                        escúchanos, Señor
Jesús que viniste al mundo para servir a los hombres                                haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que amas a los pobres                                                                                    haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que consuelas a los afligidos                                                                       haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que sufriste por los pecadores                                                                    haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que hablaste con cariño a los que abofeteaban y traicionaban haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que escuchaste el buen pensamiento del ladrón                               haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que alabaste al samaritano                                                                          haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, muerto en la cruz por nosotros                                                                haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que continúas renovando tu muerte por nosotros                           haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que te das en alimento hasta a los que te son infieles                       haznos semejantes a ti, Señor

Santa María, Madre de Dios y de los hombres                                 ruega por nosotros
Nuestra Señora de la Cabeza                                                                                   ruega por  nosotros
Nuestra Señora de la Caridad                                                                                  ruega por nosotros

Padre nuestro
Ave María (3 veces)
Gloria

Oración final

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos  constantemente en nosotros el fruto de tu redención.

Te damos gracias, Padre todopoderoso, Dios eterno, que como prueba de tu bondad nunca cierras la boca de los que te alaban. Escucha benignamente desde tu templo santo nuestras voces, que alegres  te presentamos para la alabanza del Cuerpo de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro; y concédenos, que por él mismo a quien temporalmente veneramos con los labios y el corazón, merezcamos alcanzar  la gracia y la gloria eterna. Él que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Bario Juan XXIII, calle 6 de junio 0246

Tarija - Bolivia

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