JUEVES SANTO 2014
HORA SANTA ANTE EL SEÑOR
“PAN PARTIDO PARA LA VIDA DEL MUNDO”
Preparación al congreso Eucarístico
Diocesano de Tarija del 17 al 19 de Junio
Tema a reflexionar
durante la visita al Santísimo: AMOR
- IGLESIA - EUCARISTÍA
† Dios mío, ven en mi auxilio.
-
Señor,
date prisa en socorrerme
-
Gloria
al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo…
Nos reunimos, queridos
hermanos, esta noche santa de la pasión del Señor, para orar ante el Santísimo
Sacramento. La tarde del jueves santo reunió Jesús a sus apóstoles por última vez antes de pasar al Padre. Esa reunión fue
realmente extraordinaria y sigue alimentándonos ya para siempre a los
cristianos. Después de hablarles largo y tendido acerca del amor y la unidad
(Jn 13-16), Jesús instituyó la eucaristía y el sacerdocio como signo de su presencia
definitiva (1 Cor 11,23-26). Esa noche el Señor nos dio su Testamento para
siempre; entre otras, sus ideas
esenciales fueron: AMOR -IGLESIA -EUCARISTÍA. Eso es lo que vamos a meditar de
una forma especial en esta hora.
Canto
de entrada: “Cantemos al amor de los amores”
Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor.
¡Dios está aquí! Venid,
adoradores;
adoremos a Cristo redentor.
¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos
y tierra,
bendecid al Señor.
¡Honor y gloria a ti, Rey de la
gloria;
amor por siempre a ti, Dios del
amor! (2)
Salmo
de meditacion
Ant.-Espera
en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
El Señor es mi luz y mi
salvación
¿a quién temeré?.
El Señor es la defensa de mi
vida,
¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi
rostro».
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu
siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me
abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me
abandona,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi
adversario
porque se levantan contra mí
testigos falsos, que respiran
violencia.
Espero gozar de la dicha del
Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé
valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Ant.-Espera
en el Señor, sé valiente,
ten
ánimo, espera en el Señor.
Canto:
“El Señor Dios nos amó”
El Señor Dios nos amó como
nadie amó jamás;
Él nos guía como estrella
cuando no existe la luz;
Él nos da todo su amor
Mientras la fracción del pan:
Es el pan de la amistad, el pan
de Dios.
Esto
es mi cuerpo, tomad y comed,
Esta
es mi sangre, tomad y bebed,
Pues
yo soy la vida, yo soy el amor
Oh,
Señor, condúcenos hasta tu amor.
Lectura
del Evangelio de san Juan (Jn. 13, 1-34-35; 14,15.238)
"Antes de la fiesta de
Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al
Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta
el extremo... Les dijo: "Os doy un
mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros. Así como yo os he amado, amaos
también vosotros los unos a los otros. En esto todos reconocerán que sois mis
discípulos: en el amor que os tenéis los unos a los otros»"... Y también
les dijo: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos... Si alguno me ama,
guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en
él..."
Canto
para cantar después la lectura del Evangelio
Un
mandamiento nuevo nos da el Señor. Que nos amemos siempre, Como Él nos amó. (2)
Meditación
De
las Centurias de Caridad, de San Máximo Confesor
"El que me ama, dice el
Señor, guardará mis mandamientos. Este es mi mandamiento: que os améis unos a
otros". Por tanto, el que no ama al prójimo, no guarda su mandamiento. Y
el que no guarda su mandamiento, no
puede amar a Dios.
Dichoso el hombre que es capaz
de amar a todos los hombres por igual (...) El, que renunciando sinceramente y
de corazón a las cosas de este mundo, se entrega sin fingimiento a la práctica
de la caridad con el prójimo, pronto se ve liberado de toda pasión y vicio, y
se hace partícipe del amor y del
conocimiento divino. El que ha llegado a alcanzar en sí la caridad divina, no
se cansa ni decae en el seguimiento del Señor, su Dios, según dice el profeta
Jeremías, sino que soporta con fortaleza
de ánimo todas las fatigas, oprobios e injusticias, sin desear mal a nadie. (...)
El fruto de la caridad consiste
en la beneficencia sincera y de corazón para con el prójimo, en la liberalidad y la paciencia, y también en
el recto uso de las cosas."
Canto:
“Somos un pueblo que camina”
Somos
un pueblo que caminando
Y
juntos caminando podremos alcanzar
Otra
ciudad que no se acaba
Sin
penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
1. Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo
buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos,
en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues solo caminando podremos
alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad
de eternidad.
Lectura
del Evangelio de san Juan (Jn 17,11B-23)
"Antes de la fiesta de
Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este Jesús, levantando
los ojos al cielo, oró diciendo: “Padre santo, guárdalos
en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando
estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los
custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se
cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos
mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha
odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que lo
retires del mundo. Sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco
yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me
enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro
yo, para que también se consagren ellos en la verdad. Padre santo, no sólo por
ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para
que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo
sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.”
Canto
para cantar después de la lectura del Evangelio
Nada
te turbe, nada te espante. Quien a Dios tiene nada le falta.
Nada
te turbe, nada te espante, sólo Dios basta (2).
Meditación
“Que discutible eres, Iglesia,
y, a pesar de todo, cómo te quiero!/Cuanto
me has hecho sufrir y, a pesar de/todo, .cuantas
cosas te debo!/Querría verte destruida y, en cambio, necesito tu presencia./Me
has escandalizado mucho y, no obstante, me has hecho comprender la santidad./No
he visto en el mundo nada más
oscurantista, más comprometido, más falso y no he tocado /nada más
puro, más bello y generoso./Cuantas veces he deseado cerrarte a la cara la puerta de mi alma, y
cuantas veces he pedido /poder morir en tus
seguros brazos./No, no puedo desentenderme de ti, pues soy tú, no siendo
completamente tú./Y después…./a dónde
iría a construir otra?/Pero no podré Construirla si no es con los mismos
defectos, con los míos que llevo dentro./
Y si la construyo será la mía, mi Iglesia, pero no la de Cristo. Ya soy suficientemente
mayor para entender que no soy mejor que los demás…/He aquí el misterio de la Iglesia de Cristo, verdadero misterio
impenetrable./Tiene el poder de darme la santidad y está formada de pecadores,
del primero al último y que pecadores!
Tiene la fe omnipotente e
invencible de renovar el misterio eucarístico y está compuesta de /hombres débiles que están perplejos y se debaten cada día contra la tentación de perder
la fe./Lleva un mensaje de pura transparencia y está encarnada en una masa
bruta, como es bruto el mundo.
Habla de la dulzura del
Maestro, de su no-violencia, y en la historia ha enviado ejércitos a destruir
infieles y a torturar herejes./Transmite un mensaje de evangélica pobreza y
busca dineros y alianzas con los poderosos./No, no me voy de esta Iglesia
fundada sobre/una piedra tan débil, porque fundarla
otra encima de la piedra más débil todavía,
que soy yo”. (Carlo
Carretto)
Canto:
“No podemos caminar”
No
podemos caminar,
con
hambre bajo el sol.
Danos
siempre el mismo pan,
tu
Cuerpo y Sangre, Señor.
Comamos todos de este pan,
el pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor,
por medio del amor.
Lectura
de la Primera Carta del Apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26)
"Hermanos: Yo he recibido
una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el
Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
"Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros.
Haced esto en memoria
mía." Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: "Este
cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo
bebáis, en memoria mía." Por eso,
cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor,
hasta que vuelva."
Canto
para cantar después de la lectura del Evangelio
Alabado
sea el Santísimo, Sacramento del altar. Y
la Virgen concebida, sin pecado original
(2).
Meditación
De una homilía de Benedicto XVI
El don de la Eucaristía los
Apóstoles lo recibieron en la intimidad de la última Cena, pero estaba
destinado a todos, al mundo entero. Precisamente por eso hay que proclamarlo y
exponerlo abiertamente, para que cada uno pueda encontrarse con "Jesús que
pasa", como acontecía en los
caminos de Galilea, de Samaria y de Judea; para que cada uno, recibiéndolo, pueda quedar curado y renovado por la fuerza
de su amor.
Queridos amigos, esta es la
herencia perpetua y viva que Jesús nos ha dejado en el Sacramento de su Cuerpo
y su Sangre. Es necesario reconsiderar, revivir constantemente esta herencia,
para que, como dijo el venerado Papa Pablo VI, pueda ejercer "su
inagotable eficacia en todos los días de nuestra vida mortal"
Letanías
al Santísimo Sacramento
Dios, Padre Celestial
Dios, Hijo redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad santa, un solo Dios,
Santísimo Sacramento,
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
Ten misericordia de nosotros
y Sangre de Cristo, Ten misericordia de
nosotros
Alimento de las almas, Ten
misericordia de nosotros
Prenda de la gloria, Ten misericordia de
nosotros
Viático Celestial, Ten
misericordia de nosotros
Del odio y de la envidia líbranos,
Señor
Del resentimiento y del rencor líbranos, Señor
Del deseo de venganza líbranos,
Señor
Del prejuicio y la crítica
amarga líbranos, Señor
De toda forma de egoísmo líbranos, Señor
De la injusticia y la
mezquindad líbranos,
Señor
De la tendencia a juzgar y de
la murmuración líbranos, Señor
Del juicio temerario y de la
calumnia líbranos,
Señor
Del orgullo y la presunción líbranos, Señor
De la susceptibilidad y de la
impaciencia líbranos, Señor
De la tendencia a aislarnos y
cerrarnos líbranos, Señor
De la sospecha y de la
desconfianza hacia los demás líbranos,
Señor
De cualquier forma de
indiferencia y frialdad para con los hermanos líbranos,
Señor
De las palabras duras líbranos, Señor
De la descortesía y de la
suspicacia líbranos, Señor
Del ofuscamiento de las
pasiones líbranos,
Señor
Para que sepamos querer de
verdad a nuestros hermanos escúchanos, Señor
Para que consigamos un sólo
corazón y una sóla alma escúchanos,
Señor
Para que nuestros sentimientos
sean como los tuyos escúchanos, Señor
Para que nunca se divida
nuestro espíritu escúchanos, Señor
Para que sepamos comprendernos
y ayudarnos escúchanos,
Señor
Para que reconozcamos nuestros
errores y sepamos perdonarnos
mutuamente escúchanos,
Señor
Para que gocemos sirviéndonos
los unos a los otros escúchanos, Señor
Para que el mundo te vea en
nuestro amor escúchanos, Señor
Para que crezcamos en
sensibilidad escúchanos, Señor
Para que la justicia social se
cumpla en el amor escúchanos,
Señor
Para que todos nos amemos en ti
escúchanos,
Señor
Jesús que viniste al mundo para
servir a los hombres haznos
semejantes a ti, Señor
Jesús que amas a los pobres haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que consuelas a los
afligidos haznos
semejantes a ti, Señor
Jesús que sufriste por los
pecadores haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que hablaste con cariño
a los que abofeteaban y traicionaban haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que escuchaste el buen
pensamiento del ladrón haznos
semejantes a ti, Señor
Jesús que alabaste al samaritano
haznos
semejantes a ti, Señor
Jesús, muerto en la cruz por
nosotros haznos semejantes a ti, Señor
Jesús, que continúas renovando
tu muerte por nosotros haznos semejantes a ti, Señor
Jesús que te das en alimento
hasta a los que te son infieles haznos semejantes a ti, Señor
Santa María, Madre de Dios y de
los hombres ruega
por nosotros
Nuestra Señora de la Cabeza ruega por nosotros
Nuestra Señora de la Caridad ruega por nosotros
Padre
nuestro
Ave
María (3 veces)
Gloria
Oración
final
Oh Dios, que en este sacramento
admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar
de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en
nosotros el fruto de tu redención.
Te damos gracias, Padre
todopoderoso, Dios eterno, que como prueba de tu bondad nunca cierras la boca
de los que te alaban. Escucha benignamente desde tu templo santo nuestras
voces, que alegres te presentamos para
la alabanza del Cuerpo de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro; y concédenos,
que por él mismo a quien temporalmente veneramos con los labios y el corazón,
merezcamos alcanzar la gracia y la
gloria eterna. Él que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Parroquia
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Bario
Juan XXIII, calle 6 de junio 0246
Tarija
- Bolivia
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