El
día 27 de abril del 2014, Su Santidad Papa Francisco proclamará Santos a sus
predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II. Un momento de alegría y de oración por
los fieles que de todo el mundo afluirán a la Plaza de San Pedro, pero también
al comienzo de un viaje eterno en la gloria de la Iglesia Católica. El Beato
Juan XXIII es conocido por todos como el “Papa bueno", apelativo que
refleja mejor no sólo los rasgos somáticos de su rostro, tan querido a tantos
fieles, sino sobre todo el carácter de un Pastor premuroso que no faltaba
nunca, con pocas y simples palabras, de dar conforto a los que tenían más
necesidad. Su fundamental intuición histórica fue la convocatoria del Concilio
Vaticano II, fuertemente deseado y abierto el 11 de octubre del 1962: el
Concilio será un momento de giro en la historia de la Iglesia. Papa Roncalli
murió el 3 de junio de 1963 y fue precisamente en aquellos tristes días de luto
que se comprendió plenamente cuanto fue amada universalmente su figura y cuan
fundamental su magisterio. Juan Pablo II ha sido el Pastor que ha guiado a la
Iglesia en el nuevo milenio y su figura es considerada una de las más
significativas e influyentes de la historia contemporánea, no sólo de la
Iglesia, sino del mundo entero. Solamente por citar algunos de los aspectos
sobresalientes que pueden resumir su extraordinario pontificado: los viajes
apostólicos por el mundo, el diálogo con otras confesiones, la defensa
constante de los valores morales, de la vida y de la familia, la especial
relación con la gente y en particular, con los jóvenes, la promulgación el
Catecismo de la Iglesia católica y el espíritu con el que afrontó la enfermedad
sobre todo en los últimos días terrenos.
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